En muchas circunstancias es necesario tomar antibióticos para superar una enfermedad, que de otra manera podría derivar en complicaciones peores. Pero, en ocasiones, los efectos secundarios de los antibióticos pueden ser muy molestos e interferir en nuestra vida cotidiana. Las buenas noticias es que tú puedes evitarlos con medidas sencillas. A continuación te hablamos de qué hacer si has de tomar antibióticos y quieres hacerlo con salud y sin otra consecuencia que acabar con la infección bacteriana.

Qué son los antibióticos

Los antibióticos son medicamentos que sirven para combatir las infecciones bacterianas en personas y animales, pues eliminan las bacterias o dificultan su crecimiento y multiplicación.

Por tanto, los antibióticos no sirven para combatir infecciones causadas por virus (como gripes, resfriados, bronquitis…) ni por hongos. Además, sólo combaten ciertas bacterias, como las que producen infecciones urinarias, amigdalitis estreptocócica o E. coli.

 Cuando tomar un antibiótico

Es importante que tengas en cuenta que los antibióticos no sirven para prevenir estas infecciones, sólo para combatirlas. Y solo han de tomarse bajo prescripción médica. El médico también te indicará cómo has de tomarlos, especialmente porque a menudo debes terminar todo el tratamiento, aunque dejes de tener síntomas, pues de lo contrario la bacteria puede continuar viva y multiplicarse de nuevo.

Además, el abuso de estos medicamentos pueden contribuir a la resistencia a los antibióticos. Esto ocurre cuando la bacteria muta y se vuelve resistente a los efectos de un antibiótico, es decir, las bacterias continúan creciendo. 

Es importante que finalices el tratamiento para que sea efectivo. Esto resulta muy molesto si tienes efectos secundarios.

Efectos secundarios de los antibióticos

Por lo general los antibióticos no causan efectos secundarios graves, pero si presentas síntomas de alergia o hipersensibilidad a los antibióticos sí debes dejar de tomarlo y acudir a urgencias. Estos se suelen manifestar por urticaria, picor, angioedema (hinchazón de los párpados y labios), erupciones parecidas a las que aparecen en el sarampión o la varicela y ampollas, que son las más graves.

También pueden manifestarse anafilaxia, que se caracteriza por la sensación de ahogo, vómitos, diarrea, enrojecimiento de las conjuntivas, sensación de ahogo, fiebre, mareo e incluso pérdida de conocimiento. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje de la población manifiesta estas reacciones alérgicas.

Los efectos secundarios más comunes a los antibióticos y que te enseñaremos a evitar son los siguientes:

Sarpullido

Si va unido a otras manifestaciones de la alergia, debes dejar de tomar el antibiótico y consultar al médico. Si es leve, averigua si puede deberse a otra causa o puedes calmarlo con compresas frescas o tomando un antihistamínico, aunque siempre te recomendamos consultarlo con tu médico.

Náuseas

Es muy frecuente tener náuseas cuando tomas antibióticos y suelen durar poco. Lo mejor es tratar de prevenirlas para que no te eviten trabajar o seguir con tu actividad normal. 

Para eso, toma los antibióticos siempre siguiendo las recomendaciones del médico o en todo caso el prospecto.

Procura también no hacer comidas pesadas ni comer mucho. No te saltes las comidas, lo cual resulta contraproducente para el estómago. 
Recomendamos no tomar alimentos procesados ni fritos, sino naturales y ricos en proteínas. Intenta beber agua con frecuencia entre horas.

Si las náuseas ya han aparecido, te recomendamos que descanses, pero mejor sin acostarte del todo, sólo recostarte, porque así facilitarás la digestión. Para aliviar este efecto secundario, puedes recurrir a remedios naturales como el jengibre, y también la infusión de menta o de hojas de frambuesas.

Cansancio

Habitualmente se afirma que los antibióticos pueden causar cansancio o somnolencia como sintomatología común al consumirlos, sin embargo, la causa directa no son los fármacos sino la infección que estamos tratando con ellos. Pero sí podría deberse a la destrucción de la microbiota intestinal, ya que evita que tu cuerpo pueda absorber ciertos nutrientes en el intestino.

Infecciones por cándida

La cándida, o hongos vaginales, suelen suceder al final o después del tratamiento con antibióticos, porque estos hacen que disminuya la flora bacteriana vaginal. 
Se manifiestan por picor en la zona vaginal y se pueden tratar fácilmente con medicamentos de la farmacia o que te prescriba el médico, de modo que no dudes en consultarlos si te sucede esto.

Diarrea por antibiótico

La diarrea por antibióticos es otro de los efectos secundarios más comunes de los antibióticos. Se deben principalmente a la destrucción de la flora bacteriana natural del intestino, lo que afecta la digestión en ese punto. Además, afecta igualmente a tu sistema inmunitario y la capacidad de absorber algunos nutrientes en tu intestino, lo cual puede ocasionar cansancio o síntomas de falta de vitaminas.

La mejor solución es tomar probióticos para regenerar la flora.

Probióticos y antibióticos

Como has visto, la toma de probióticos es recomendable durante  un tratamiento con antibióticos para prevenir o hacer que desaparezcan efectos como la diarrea. . El yogur es el probiótico más conocido, pero también lo son la kombucha, una bebida de té fermentado que tiene otros beneficios añadidos. Otro probiótico es el kéfir, con efectos similares al yogur, que además contiene otros nutrientes y más diversidad de microorganismos.

Otra opción es tomar medicamentos probióticos, para asegurarnos el beneficio y la seguridad de los mismos.
Para terminar, te recordamos que es recomendable que no fumes ni bebas alcohol durante el tratamiento con antibióticos, no te expongas demasiado al sol y tomes el medicamento siempre con agua. Seguro que así, tomar antibióticos será mucho más llevadero.

Para más información consultar las siguientes fuentes bibliográficas

Gamboa Setién, P. M., «Alergia a medicamentos», en Alergológica 2005, factores epidemiológicos, clínicos y socioeconómicos de las enfermedades alérgicas en España en 2005. Estudio patrocinado por la SEAIC y Shering-Plough. Madrid: Editorial Luzán 5, 2006, 255-282.

Torres Jaén, M. J., M. Blanca, E. Moreno, y J. Fernández. «Reacciones alérgicas inducidas por fármacos. Alergia a antibióticos betalactámicos». En A. Peláez e I. Dávila, eds. Tratado de alergología, t. 2. Madrid: Ergon, 2007, 1395-1414.

Arteaga Bonilla, Ricardo, Aranda Torrelio, Eduardo, & Arteaga Michel, Ricardo. (2002). Efectos colaterales de antibióticos. Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría, 41(1), 38. Recuperado en 30 de septiembre de 2021, de http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-06752002000100012&lng=es&tlng=es .

Takenoshita, S., & Nishino, S. (2020). Pharmacologic Management of Excessive Daytime Sleepiness. Sleep medicine clinics, 15(2), 177–194. https://doi.org/10.1016/j.jsmc.2020.02.006

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