Según se recoge en la guía publicada por la FAO y la OMS (Organización Mundial de la Salud) en 2002, los probióticos son “microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud del que los toma”.
Para que un microorganismo pueda ser considerado un probiótico debe haber estado bien tipificado y estudiado, ya que ese es el modo de conocer cuáles son sus beneficios y las cantidades a las que hay que tomarlo, así como las situaciones o indicaciones en las que ha demostrado su eficacia.
Los probióticos destacan por aportar los siguientes beneficios:
Hay dos tipos de probióticos, los de origen bacteriano y las levaduras. En el primer grupo encontramos principalmente especies de lactobacilos y bifidobacterias. Los lactobacilos se encuentran en el sistema digestivo, urinario y genital y en alimentos como los yogures. Su función se centra principalmente en el tracto intestinal. Los lactobacilos ayudan a descomponer la comida y a absorber los nutrientes.
En segundo lugar, están las bifidobacterias. Este tipo de microorganismos vive en la flora bacteriana del intestino, pero también se pueden encontrar en alimentos fermentados como el queso o el yogur.
Por último, se encuentran los probióticos que no son de origen bacteriano, sino que están compuestos por levaduras, como la levadura viva Saccharomyces boulardii.
Los medicamentos probióticos son esenciales para nuestro sistema digestivo, actúan en nuestro ecosistema intestinal equilibrando la composición de la flora. La investigación con probióticos ha demostrado que estos tienen múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, no todos los efectos descritos pueden ser atribuidos a todos los probióticos ya que los beneficios son específicos para cada uno de ellos.
A pesar de esta especificidad, existen estudios que demuestran beneficios generales comunes a varias cepas probióticas. Estos son algunos de los más destacados:
Uno de los principales beneficios de los probióticos recae sobre la prevención de los efectos secundarios de los antibióticos, ya que los antibióticos a la vez que combaten las bacterias dañinas también destruyen las que son beneficiosas provocando una alteración de la microbiota (disbiosis). En muchos casos, estos cambios producidos por el antibiótico se traducen en diarrea.
Los probióticos son microorganismos vivos y como tales, se denominan con la nomenclatura oficial microbiológica. Esta clasificación incluye la determinación de la especie, del género y por último de la cepa, que detalla algunos aspectos más concretos de sus características. Por ejemplo:
Nombre completo del microorganismo: Escherichia coli Nissle 1917
Especie: coli
Género: Escherichia
Cepa: Nissle 1917
Un microorganismo, aunque comparta la especie y el género con otros, tiene unas características que pueden ser totalmente diferentes según la cepa a la cual pertenezca. Siguiendo el ejemplo anterior, la bacteria Escherichia coli Nissle 1917 es una de las primeras cepas probióticas que se descubrió y tiene efectos antidiarreicos. En cambio, una bacteria muy parecida a nivel de nomenclatura, de la misma especie y género, pero con distinta cepa como Escherichia coli O157H:7, es un microorganismo que provoca diarreas cuando coloniza el intestino. Este ejemplo nos demuestra cómo existen diferencias abismales entre las 2 bacterias solo por tratarse de cepas distintas.
Por este motivo, debemos tomar probióticos que estén bien estudiados y etiquetados para asegurarnos el beneficio y la seguridad de los mismos.
Sociedades internacionales para el cuidado de la salud como la OMS o la Sociedad Mundial de Gastroenterología han definido que un microorganismo, para poder ser catalogado como probiótico debe cumplir una serie de características esenciales que tienen que permanecer inalteradas en los preparados. Estas características son las siguientes:
Ultra Levura, como el resto de los medicamentos probióticos, son generalmente bien tolerados y se pueden administrar a niños.
A pesar de ello antes de la toma de Ultra Levura, es necesario contemplar la hipersensibilidad de cada persona a cualquiera de los componentes del producto. Para ello debe consultar la Ficha Técnica del producto o consultar a su médico.
Los medicamentos probióticos se utilizan sobre todo en el tratamiento de alteraciones del tracto gastrointestinal, tales como:
Los medicamentos probióticos se utilizan sobre todo en el tratamiento de diarreas agudas, y tratamiento y prevención de diarreas asociadas al consumo de antibióticos.