Las últimas investigaciones realizadas con probióticos han permitido comprobar ciertas propiedades antioxidantes. Que podrían ser beneficiosas para distintos aspectos de la salud. Aunque aún queda mucho por estudiar, ciertas bacterias probióticas podrían contribuir a reducir la acumulación de radicales libres en el organismo. Por tanto, el avance del envejecimiento. Además, podrían servir para la prevención del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Según los investigadores, los probióticos pueden influir en el aumento de la población de bacterias positivas en el intestino, como los lactobacilos, en la eliminación de los contaminantes procedentes de determinados alimentos o participar en diferentes propiedades antioxidantes. De hecho, según estudios, son capaces de generar compuestos con actividad antioxidante, no solo a nivel intestinal, sino sistémico. Además, se ha comprobado como las bacterias del ácido láctico pueden: reducir o eliminar toxinas y microorganismos patogénicos, sintetizar nutrientes, antioxidantes o factores de crecimiento. Así como modular los mecanismos de defensa inmunológica, entre otros.
Una sustancia antioxidante es aquella capaz de retrasar o inhibir de forma significativa los efectos nocivos de los radicales libres.
Los antioxidantes más representativos en la dieta humana son: el ascorbato (vitamina C), los tocoferoles (vitamina E), los carotenoides, los flavonoides, el ácido lipoico y las ubiquinonas. Existen, a su vez, minerales con efectos antioxidantes, como el selenio y el zinc. Cuando las sustancias oxidantes superan a las antioxidantes existe un desequilibrio conocido como estrés oxidativo. Que daña nuestras células y puede poner en riesgo nuestra salud.
Las propiedades antioxidantes de los probióticos resultan un novedoso campo de estudio
Entre los agentes oxidantes más comunes se encuentran la inflamación, el humo de tabaco, el daño causado por ejercicio físico agotador, los contaminantes, la radiación, la dieta rica en ácidos grasos poliinsaturados, la isquemia o los carcinogénicos. Los radicales libres producidos por estos agentes oxidativos oxidan las membranas y dañan el ADN. Lo que desencadena diferentes peligros para la salud. Entre ellos se encuentran algunos tipos de cáncer, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, procesos reumáticos, patologías digestivas, afecciones broncopulmonares, cataratas, deterioro del sistema inmune, etc. Además, están implicados en el envejecimiento.
Las propiedades antioxidantes de los probióticos resultan un novedoso campo de estudio para muchos investigadores. Lo que augura un futuro interesante en el conocimiento de su papel en la prevención de diferentes enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo.