Después de las vacaciones, hay que volver al trabajo y, tal vez notes que, de repente, estás muy cansado y no rindes como te gustaría. No te pasa solo a ti. El culpable es el síndrome postvacacional que afecta a más personas de las que te imaginas, a las mismas a las que les gustaría que la vuelta de nuevo a las tareas del día a día fuera tan fácil como devolverle el equilibrio a la flora intestinal. ¿Buscas consejos para superar el síndrome postvacacional? Sigue leyendo: te contamos todo lo que necesitas saber.
Nuevo plan de acción: la vuelta al trabajo
Aprovechar las vacaciones al máximo para viajar hasta el último día puede ser muy tentador, pero corres el riesgo de que la vuelta al trabajo se haga aún más cuesta arriba. Intenta volver, por lo menos, dos días antes de reincorporarte e ir adaptando tus rutinas a la que tendrás al volver al trabajo. Una buena medida en este sentido puede ser ir adaptando la hora de levantarte progresivamente hasta que te reincorpores a tu puesto.
Trabajo y ocio: la mejor combinación
Un cambio radical de estar divirtiéndote todo el tiempo a dedicarte única y exclusivamente a trabajar puede desanimarte a la hora de volver al trabajo. ¿La mejor opción? Incorporar momentos de ocio en tu día a día también al empezar a trabajar. Puedes dar un paseo por la playa al salir, ir a tomar algo con tus amigos, practicar tus hobbies favoritos… o, incluso, planear una escapada de fin de semana que siga manteniendo tu mente activa y con ganas de hacer cosas diferentes también al volver a la rutina.
Pensamientos negativos a raya
No te culpes si sientes momentos de debilidad en los que te agobias y echas de menos las vacaciones. En lugar de eso, acepta tus emociones e intenta reconducir tus pensamientos hacia el lado positivo. Por ejemplo, si notas que tu mente empieza a lamentarse por tener que volver a madrugar y encargarte de las tareas que te acompañan a diario, intenta agradecer todo lo que tienes: tu trabajo, tu hogar, tus seres queridos… encontrando, como mínimo, tres cosas cada día. Este simple gesto te ayudará a devolverle optimismo a tu mente y a ir dejando de lado el síndrome postvacacional.
Un espacio acogedor y nuevos objetivos
El síndrome postvacacional se lleva muy mal con la motivación y, normalmente, en cuanto ella aparece en escena, suele irse casi ipso facto. Haz que todo tu entorno te invite a motivarte. Organiza bien tu espacio, colocando todo en su sitio, de forma que tu lugar de trabajo se convierta en un espacio acogedor para ti. ¡Y no solo eso! Los retos te darán energía al volver, por ello, márcate nuevos objetivos que te animen a esforzarte día a día y te permitan, a la vez, ir disfrutando de la satisfacción de lograrlos.
Mens sana in corpore sano
Un cuerpo en forma también sabe combatir con destreza el síndrome postvacacional, ¡cuídate! Opta por una alimentación sana y equilibrada e intenta incorporar el deporte a tu rutina, incluso cuando el cansancio parezca haberse apoderado de ti con la vuelta al trabajo. La actividad física te ayudará a liberar endorfinas, lo que te vendrá muy bien para mantener la alegría en tu vida y despedir rápidamente al síndrome postvacacional.
Flora intestinal equilibrada
A veces, el cansancio puede ser generado por un desequilibrio en la flora intestinal por la vuelta a la rutina. Para ello, recuerda que un probiótico puede ayudarte a recuperar la normalidad por completo de tu microbiota y contar con la energía necesaria para afrontar las jornadas en la vuelta a la rutina.
¿Y tú? ¿Cómo te libras del síndrome postvacacional?