Cuidar de nuestra salud también implica ocuparse de la salud mental. De acuerdo con los últimos adelantos, esta guarda relación con la microbiota intestinal. De hecho, una disfunción en el eje cerebro-intestino podría influir sobre problemas neuropsiquiátricos, como la depresión, el autismo o los problemas de atención, entre otros. ¿Quieres saber más sobre la relación entre la salud mental y la microbiota intestinal? Sigue leyendo: te contamos todo lo que necesitas saber.
El eje intestino-cerebro: cómo funciona
Nuestro intestino contiene 200 millones de neuronas, además de miles de bacterias intestinales, presentando una comunicación constante con el cerebro. Así, al alterarse la microbiota intestinal, vemos cómo se produce un proceso inflamatorio que puede llegar a bloquear dicha comunicación.
Cabe tener en cuenta que las bacterias intestinales se comunican con el cerebro mediante la producción de moléculas químicas llamadas “neurotransmisores”, como la dopamina y la serotonina, y llevan a cabo funciones importantes para el desarrollo del cerebro, como son:
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- La memorización
- La formación de nuevas neuronas cerebrales
- La regulación de la secreción de cortisol
- Es establecimiento de nuevas conexiones neuronales
- La conducta social
El impacto de la microbiota intestinal en la salud mental
Las alteraciones de la microbiota intestinal en los niños, durante sus primeros años de vida, pueden llegar a cambiar las estructuras y funciones cerebrales, favoreciendo la aparición de trastornos de desarrollo, como el trastorno del espectro autista (TEA). De hecho, estudios recientes han visto como los niños autistas podrían presentar una flora menos diversa que la de los niños que no tienen TEA, así como una mayor proporción de Candida.
Cabe destacar el desarrollo reciente de un algoritmo, que está mostrando una alta fiabilidad, que permite detectar nuevos marcadores de autismo en la flora bucal. En estos casos, los probióticos podrían servir de ayuda, mejorando la microbiota intestinal y su comunicación con el cerebro.
Además, enfermedades como la depresión, la ansiedad o trastorno bipolar están cada vez más presentes en nuestra sociedad. En estos casos, la disbiosis intestinal también podría estar involucrada, al alterar la respuesta al estrés, aumentar la actividad inflamatoria y aumentar la permeabilidad de la pared intestinal. Con respecto a este problema, resulta destacable el papel de la microbiota, capaz de ejercer un efecto ansiogénico, así como un efecto ansiolítico.
Estudios recientes con resultados prometedores han demostrado como la ingesta prolongada de psicobióticos podría ayudar a disminuir los síntomas depresivos y a reducir la angustia psicológica sin presentar ningún tipo de efecto secundario.
Se trata de organismos vivos que les aportan múltiples beneficios a las personas que sufren algún tipo de enfermedad/trastorno mental, pudiendo actuar como complemento al tratamiento antidepresivo y ansiolítico de estos pacientes.
Es evidente la importancia del eje cerebro-intestino en nuestra salud por lo que son necesarios la realización de más estudios que nos ayuden a comprender mejor la influencia de la microbiota en la salud mental, y en como los probióticos pueden llegar a jugar un papel importante en esta relación. ¿Te han quedado dudas sobre la relación de la salud mental y los probióticos? ¡Pregúntanos!