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Colon irritable: 8 preguntas respondidas por nuestros expertos médicos

A menudo, después de hacer una comida, empezamos a sentir cierto malestar estomacal. Normalmente lo relacionamos con haber ingerido comida en mal estado o a no haber hecho bien la digestión. Pero esto no siempre es así, el dolor estomacal puede deberse a otra causa que requiera de un tratamiento específico o incluso atención médica. 

Debemos tener claro, que no es lo mismo que te duela el estómago después de una gran comida, como puede ser una celebración de Pascua o una cena de Navidad, a que lo haga después de una comida de tu día a día, donde las cantidades son notablemente inferiores. 

Si por norma general, sentimos malestar después de nuestras comidas, puede que suframos el síndrome del colon irritable y no lo sepamos. 

Por ello, si tienes duda sobre si puedes estar sufriendo este síndrome, te recomendamos que consultes estas 10 preguntas sobre el colon irritable respondidas por nuestros expertos. 

¡Te ayudarán a salir de dudas!

8 preguntas clave sobre el colon irritable

¿Qué es el colon irritable?

Cuando hablamos de colon irritable o de síndrome del intestino irritable, estamos hablando de una serie de síntomas que están relacionados con los trastornos digestivos. Estos trastornos se presentan como:

¿Cuáles son las principales causas del colon irritable?

Según se ha declarado en los últimos años, existen 2 factores claves que se relacionan con la aparición del síndrome del intestino irritable. Estamos hablando de intolerancias alimenticias y de la salud de la flora intestinal de las personas.

¿Cómo saber si tengo colon irritable?

La manera más sencilla de saber si sufrimos de colon irritable, es prestar atención a las irregularidades y trastornos estomacales que sufrimos. Si tenemos dolor abdominal, nuestras deposiciones han cambiado y estamos hinchados frecuentemente, puede que estemos sufriendo este síndrome.

Con todo, lo más recomendable es acudir a un médico especialista en el aparato digestivo para que pueda llevar a cabo un análisis clínico que dictamine si efectivamente, sufrimos este síndrome o, por otro lado, algún otro trastorno estomacal.

¿Qué es bueno para el colon irritable con diarrea?

Si has empezado a sufrir diarreas por tener el colon irritable, debes empezar a aplicar algunas medidas que te ayuden a disminuir la frecuencia y liquidez de tus deposiciones y poco a poco, recuperar el estado normal de tu estómago.

Cuando empezamos a tener diarreas, nuestra principal preocupación es llegar a sufrir deshidratación. Por ello, lo recomendable es aumentar nuestro consumo de líquidos como el agua, en cuanto empecemos a sufrir diarrea. 

Además, dado que no existe vacuna para la diarrea, lo mejor que podemos hacer es seguir un tratamiento dietético bajo en grasas, que no altere a nuestro estómago para que poco a poco se vaya recuperando.

Para ello, debemos eliminar todo producto alto en grasas como comidas rápidas, bollería, fritos, salsas, dulces, etc., y optar por una dieta de alimentos principalmente cocidos como pastas y arroces, y sopas de verduras o de pollo.

Todo esto, combinado con un alto consumo de líquidos te ayudará a combatirla diarrea que ha causado tu colon irritable.

¿Qué síntomas da el colon cuando está inflamado?

Cuando nuestro colon está inflamado, significa que algo no está bien y que estamos sufriendo ciertas irregularidades o trastornos estomacales que pueden causar incomodidad. 

Normalmente, cuando el colon está inflamado, aparecen síntomas como el dolor abdominal, los cólicos, la aparición de gases y también cambios en las deposiciones de la persona, como la diarrea o el estreñimiento. 

Si nuestro colon está inflamado, podemos sentir un dolor en el abdomen, que solo se aliviará con la deposición o expulsión de gases acumulados causantes de la inflamación. Así mismo, también puede aparecer ardor de estómago.

¿Qué probióticos son aconsejables para el colon irritable?

El síndrome del intestino irritable no es una enfermedad con un mal pronóstico de por sí, pero sí que puede ser una gran molestia en nuestro día a día por los síntomas que trae consigo. Este trastorno afecta a entre un 10 – 20% de la población, sobre todo a mujeres. Aunque es uno de los trastornos estomacales que más se diagnostica, solamente el 15 % de las personas que lo sufren deciden consultar a un médico al empezar a sufrir los síntomas.

A día de hoy, debido al gran desconocimiento que hay sobre la enfermedad, no existe ningún tratamiento curativo como tal. La forma más habitual de tratar el síndrome de colon irritable es incorporando unos hábitos de vida saludables o con algún tratamiento farmacológico como: laxantes si hay estreñimiento, antidiarreicos si por lo contrario los síntomas del colon irritable han derivado en diarrea, o probióticos que son unos microorganismos vivos que ayudan a mantener el equilibrio de nuestra flora intestinal y evitar que aparezcan este tipo de síntoma. 

 

¿Cómo se cura el colon irritable?

Lo mejor para convivir con el síndrome de colon irritable, es optar por hacer una vida lo más saludable posible. Dado que no existe un tratamiento específico que cure al 100% este síndrome, lo mejor que podemos hacer es llevar un diario o tomar nota de aquellos alimentos que vamos descubriendo que nos sientan mal. Aunque no exista tratamiento, sí que podemos aliviar los síntomas y mejorar así nuestra calidad de vida. 

Para ello, debemos evitar consumir productos como el tabaco o el alcohol y llevar a cabo una clasificación de aquellos alimentos que hemos notado que nos sientan peor para eliminarlos de nuestra dieta diaria. También debemos procurar hacer 5 comidas al día y dedicarle tiempo, por lo menos 20 minutos a cada una, no debemos comer rápido. 

Paralelamente a cuidar nuestra alimentación, debemos incorporar una pequeña rutina de ejercicio de 30 minutos al día mínimo y evitar situaciones estresantes que puedan alterar nuestro estómago. Los nervios, por ejemplo, a menudo desencadenan malestar estomacal, por lo que debemos evitar toda situación que pueda alterar nuestro estado natural.

Ante todo, no tomes fármacos por tu cuenta sin tener la aprobación de tu médico. Existen algunos medicamentos que ayudan a aliviar los síntomas, pero debemos tomarlos únicamente bajo recomendación médica. Cada persona que sufre de colon irritable puede experimentar unos síntomas distintos, por lo que la medicación que se le asigne será específica para su caso.

En lo relativo, a situaciones de estrés, existe una interacción bidireccional entre las emociones y el sistema digestivo, debido a que el intestino es un órgano mediante el que se pueden expresar las emociones en personas predispuestas. ¿Qué quiere decir esto? Pues que, en épocas de crisis, los niveles de ansiedad o angustia se elevan, generando un impacto directo en los síntomas estomacales, pudiendo provocar algunos como dolor o cambios en las deposiciones. 

Si a todo esto le aplicamos una rutina de ejercicio diaria de al menos 30 minutos y evitar comer aquellos alimentos que sabemos, podremos controlar los síntomas del colon irritable para llevar una vida normal.

¿Qué comer y qué no comer para el colon irritable?

Cuando sufrimos de colon irritable, controlar nuestra alimentación es un aspecto esencial que debemos tener presente en todo momento. En función de las deposiciones que estamos teniendo, estreñimiento o diarrea, debemos optar por unos alimentos o por otros que nos ayuden a recuperar la normalidad.

Cuando sufrimos de diarrea, nos interesa recuperar la cantidad de deposiciones diarias normales y la solidez a la que estamos habituados, por lo que debemos eliminar alimentos altos en fibra de nuestra dieta diaria y todo alimento frito o que lleve mucha salsa. Debemos apostar por ingerir principalmente alimentos cocidos (pastas y arroces), sopas, pan tostado, etc. 

Cuando sufrimos de colon irritable, debemos evitar todo alimento que pueda empeorar nuestro estado y hacernos sentir incómodos o molestos pudiendo llegar a provocar la aparición de síntomas como la hinchazón, diarrea o estreñimiento.

Pruebas médicas comunes para detectar el síndrome de colon irritable

A la hora de ejecutar el diagnóstico de un paciente para determinar si efectivamente sufre de colon irritable, no existe ninguna prueba específica que lo confirme de manera fija

Para empezar a analizar un posible caso de colon irritable, lo habitual es que el médico consulte el historial clínico del paciente y realice una exploración física que ayude a descartar otras enfermedades que puedan tener síntomas similares.

Las primeras pruebas que suelen llevar a cabo son las de la intolerancia a la lactosa y al gluten, dado que los síntomas son muy similares y son intolerancias cada vez más frecuentes en la población. 

Si una persona no produce lactasa, podría tener problemas de intolerancia láctea y sufrir consecuencias como la aparición del dolor abdominal, gases o diarrea al consumir productos con contenido lácteo. Lo mismo pasaría con los celíacos y el gluten.

Una vez se han descartado estas intolerancias, el médico daría paso a seguir con los criterios de diagnóstico y poder identificar el trastorno digestivo causante del malestar. En el caso del colon irritable, los criterios mejor establecidos con los de Roma o los de Manning basados principalmente en la valoración del dolor abdominal, alteraciones de las deposiciones o consistencias de las mismas y el alivio del dolor después de las deposiciones. 

Una vez se ha detectado el síndrome del intestino irritable, este se puede clasificar en tres tipos en función de los síntomas que tenga el paciente: con predominio de estreñimiento, con predominio de diarrea o mixto. 

En función de estos síntomas relacionados directamente con las deposiciones, se deberá aplicar una dieta u otra, para buscar la vuelta a la normalidad de nuestro intestino. Una vez detectados estos síntomas, el médico buscará otros síntomas relacionados pero que pueden aparecer por sufrir un trastorno más grave y no exclusivamente colon irritable. Algunos de estos síntomas son: pérdida de peso, aparición de sangre en las heces, fiebre, náuseas o vómitos frecuentes, dolor abdominal, etc. 

Además de seguir los criterios de Roma o de Manning, el médico podría llevar a cabo otros análisis como una prueba del aliento para saber si hay un crecimiento excesivo de bacterias. El crecimiento de las bacterias es más común en personas con una digestión lenta o que han sufrido algún tipo de cirugía en el intestino. 

También es común realizar una endoscopia superior con la que el médico pueda llevar a cabo una inspección del tubo digestivo superior y obtener de esta manera una muestra del tejido que podrá analizar posteriormente para descartar o confirmar la celiaquía. 

Por supuesto, las principales pruebas de que algo falla en nuestro sistema digestivo están en las heces, en el aumento o disminución de las defecaciones y en los cambios consolidación de estas. Por ello, ante cualquier desequilibrio intestinal, es necesario llevar a cabo un examen de las heces del paciente para localizar bacterias, parásitos o de líquido digestivo. 

Algunos remedios naturales para reducir los síntomas del colon irritable

Existen algunas plantas naturales que puede ayudar a eliminar síntomas del colon irritable como la hinchazón o los gases. A menudo, tomar una infusión de alguna de estas plantas puede ser la solución perfecta para aliviar nuestro malestar.

Sin duda, en el top 3 de las plantas que puedes tomar para reducir el malestar del colon irritable se sitúan el aloe vera, la menta y la manzanilla.

La primera de las plantas, el aloe vera, es una planta que tiene grandes propiedades antiinflamatorias, por lo que, al ingerirla, reduce la inflamación del intestino y alivia el dolor que puede llegar a producir contracciones. 

La menta es famosa por sus propiedades relajantes. Gracias al mentol que contiene, las paredes del intestino se relajan y disminuye la contracción muscular. Para tomarla se puede hacer a modo de infusión o en cápsulas de aceite de menta. 

Por último, la manzanilla es una planta que combina las propiedades antiinflamatorias del aloe vera con las relajantes de la menta, además de las antiespasmódicas propias, ayudando a reducir tanto la hinchazón, como el dolor y las contracciones que este produce. Para notar sus efectos, debemos tomar, por lo menos, una infusión de manzanilla al día.
Estas tres plantas pueden ser de gran ayuda en un momento complicado en el que la hinchazón y los cólicos nos juegan una mala pasada y nos hacen estar en continuo malestar. Por ello, si sufres de colon irritable, procura tener alguna de ellas siempre a mano en casa. ¡Nunca sabrás cuándo te harán falta!

Mantener una vida saludable, tu mejor aliado contra el colon irritable

Después de todo lo analizado, podemos concluir que una persona que lleve de por sí unos hábitos de vida saludables en los que incorpore una dieta baja en grasas, fritos y comidas rápidas, que haga deporte y no sufra mucho estrés en su día a día, tendrá menos probabilidades de sufrir los síntomas del colon irritable y de tener molestias estomacales en su día a día. 

Por ello, si sufres el síndrome de colon irritable, lo mejor que puedes hacer es cuidarte. Deja de lado los malos hábitos y apuesta por una vida saludable donde la buena comida y el deporte caminen de la mano. Toma nota de aquellos alimentos que sepas que te provocan malestar, y elimínalos automáticamente de tu dieta diaria. Evita situaciones de estrés y dedica tiempo para ti mismo, para desconectar de tus preocupaciones y eliminar tensión del cuerpo. 

Paralelamente también puedes ayudarte de un probiótico en tu día a día que ayude a mantener tu flora intestinal regulada y eviten que el número de bacterias malas aumenten, pudiendo llegar a causar trastornos digestivos. 

No olvides que, ante cualquier complicación, debes acudir a tu médico especialista en el aparato digestivo para que determine si efectivamente, sufres de colon irritable o existe una enfermedad mayor. Y, sobre todo, nunca tomes fármacos sin una recomendación médica. Cada persona que padece de colon irritable tiene unas característicasy unos síntomas distintos, por lo que solamente debes tomar aquella medicación recetada después de un profundo análisis clínico. 

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